Capítulo 37

Mi padre entendió y se puso de pie antes de volverse hacia mi madre, tomando su mano y besándola suavemente.

—Amelia... Sé que ha sido un camino largo para nosotros, y espero que ahora estemos en el camino correcto. Estoy tan feliz de estar aquí contigo, nuestra hermosa, increíble y talentosa hija ...

Inicia sesión y continúa leyendo