Capítulo 58

—Damon, ¿estás dormido? —le pregunté. No había hablado en unos minutos. Su cara seguía apoyada en mi cuello.

Me moví. Levanté la mano y agarré suavemente su cabeza para quitarla de mi hombro. Puse mi mano arriba, sosteniendo su cabeza que descansaba en mi hombro. Su cara estaba en mi mano.

Sus ojo...

Inicia sesión y continúa leyendo