Capítulo 2 Sorpresa del destino

Alice llegó a la casa de sus padres, había pasado primero por su apartamento para cambiarse con rapidez pero cuando vio en su reloj que eran las 10:00 de la mañana supo que la esperaba un sermón como siempre.

—¿Estás loca?, te estamos esperando desde las 9 de la mañana—, dijo su hermana al recibirla en la puerta.

—No tienes idea, mejor ni te cuento.

—¿Dónde estabas?, imagino que anoche te fue excelente que te quedaste dormida.

—No exactamente.

—Estoy ansiosa de que me cuentes todo con lujo de detalles.

—No te mereces que te cuente nada, Giulia eres una pésima secuaz, una ingrata, apagaste el teléfono y no pude contactarte, ¿y si me hubiera pasado algo?

—Seguramente lo presentiria tontita, ahora vamos al comedor, debemos centrarnos en esta reunión semanal. No he parado de poner excusas, sabes como son papá y mamá respecto a los desayunos familiares.

—Ni que lo digas.

Apenas Alice asomó la cabeza por el comedor intentó sonreír y hacerse la graciosa ante las caras amargas de sus padres quienes siempre la veían con reproche para aliviar las tensiones pero no resultó.

—Al fin te dignas a llegar, llevamos tanto tiempo esperando que ya perdí el apetito—, dijo su madre indignada.

—Lo siento de verdad, no dormí suficiente anoche…

Su padre la interrumpió con voz de aburrimiento, —Siempre tienes excusas para todo, tu hermana es la gerente de Recursos Humanos que es un cargo de más responsabilidad que el tuyo y tiene un prometido y nunca llega tarde, pero ¿para que volver a decir una y otra vez las mismas cosas?

“Como siempre tanto mis sentimientos como mi vida son invalidados por mis padres, afortunadamente siempre tengo a mi hermana de mi parte, por ella no estoy completamente sola”, pensó Alice.

—Mejor desayunamos, hay temas importantes que debemos hablar—, concluyó su madre.

Giulia entonces tomó la palabra mientras les servían, —Mamá, respecto al cargo de CEO de Conjunto empresarial Bianchi, el próximo lunes empezará la persona que contratamos.

—¿Lo entrevistaste directamente?—, preguntó su padre interesado.

—No, lo entrevistó el Gerente que está de salida y el Contralor, pero estoy segura que todo irá bien, hablamos varias veces por teléfono, revise su resumen curricular y también todos los soportes, puede aportar mucho a la compañía.

—Bien, confío en tu instinto Giulia, solo te pido que estés atenta mientras pasa el período de adaptación y respecto a ti, Alice, sé que solo eres parte del equipo de diseñadores y no paras en la empresa, pero si es posible apoya a tu hermana.

—Soy freelance mamá, aun así asumí la dirección del departamento de diseño hace mucho tiempo, sin embargo, me comprometo a ayudar todo lo posible pero no en está semana, lo siento pero estaré ausente.

—No quiero errores, es la empresa que me dejó a cargo su abuelo y no quiero a tus tíos metiendo sus narices allí, por más de 20 años fui quien la administró pero es momento de que la generación de relevo aprenda.

—Alice no dejes a tu hermana sola en esto, yo siempre estuve al lado de tu madre para hacer crecer su herencia—, afirmó su padre.

—Hablando de otro tema, Giulia y dime, ¿cómo van los preparativos para la boda?—, preguntó su madre emocionada.

—Madre, aún no tenemos una fecha para la ceremonia, por ello no hemos avanzado en preparativos…

—Como el representante de esta familia diré mi opinión, su compromiso lleva mucho tiempo, intente ser moderno, permiti que vivieran juntos desde hace años pero o se casan antes que finalice el año o regresaras a casa.

—Papa…

—Sin peros, esta familia es de moral intachable y no permitiré que mis hijas sean objeto de chismes.

El resto de la comida ocurrió en silencio, el aire podría cortarse con un cuchillo, como solía pasar en estos desayunos sabatinos eran destinados a dirigir a las chicas y los negocios.

Al salir ambas hermanas se abrazaron como solían hacer desde pequeña para apoyarse.

—No dejes que te presionen para casarte, solo tu sabes lo que quieres y si es esperar que nadie te diga lo contrario, además sabes que estoy para apoyarte.

—Gracias hermanita, lo sé, yo…

—Cuando quieras hablar, estoy allí para ti, no siempre debes ser fuerte ni perfecta ante todos.

—Tenemos mucho que hablar.

—Ya lo creo, por cierto el lunes pasaré por la empresa para darle un vistazo al nuevo gerente, no aguanto la curiosidad.

—En las fotos se ve muy atractivo y además está preparado.

—Ya te diré que me parece, ahora, ¿Por qué no vamos por un café y charlar?

—Debo ir a almorzar con mis suegros y debo preparar el postre.

—Entonces hablaremos la próxima semana lo que debes saber es que en mi declaración me fue muy mal, no soy correspondida.

—Lo siento tanto.

—Como dijiste, es momento de cerrar ese capítulo, pero no creo poder darle la cara por ahora por eso iré a atender un cliente personalmente necesito alejarme.

—Quizá deba ser valiente como tú Alice y tomar una decisión sobre mi futuro.

—No te apresures, podrías salir mas lastimada, como me ocurrió a mi, pero tampoco quiero que sientas miedo, no hay nada que no se pueda superar.

—¿Quieres que vaya a tu casa luego de ir a la casa de mis suegros?, sé que estás triste.

—No hermana, creo que aún no lo asimilo, hoy volveré a ahogar mis penas en alcohol, pero esta vez en casa, mañana será otro día y seguro me levantaré más optimista, además, se que a mi cuñado no le gusta que me frecuentes porque puedo dañarte con mi comportamiento.

—No digas eso, tu siempre serás primero, no olvides.

Finalmente es lunes, Alessandro ha esperado una vida por este momento, la venganza está comenzando a materializarse. Reconocido por su puntualidad llega a la empresa antes de las 7:00 de la mañana, el contralor es quien lo recibe y lo lleva a los diferentes departamentos hasta finalizar en el administrativo, allí su vista va directo a una mujer que por su belleza se destaca del resto, una y otra vez su mirada la recorre mientras dan algunas palabras de presentación.

“No puedo creerlo, ¿será una alucinación?, ¿estoy tan prendado de ella que ahora la imagino?, no, realmente está aquí”.

“Me deja sin aliento, con solo verla puedo recordar la suavidad de su piel, su olor y sabor”, Alessandro sacudió su cabeza para despejar su mente, tenía que intentar separar lo personal de lo laboral, pero que difícil sería.

—Buenos días, mi nombre es Alessandro Antonelly y soy su nuevo director general, espero poder compartir conocimientos y formar un buen equipo de trabajo productivo junto a ustedes, mi puerta siempre estará abierta para escucharles y aquí soy uno más de sus compañeros.

“Que pequeño es el mundo, no puedo creer que mi hermosa y sexi mariposa la haya encontrado justo aquí, esto sólo puede llamarse destino, solo sé que es mía y no la dejaré escapar nunca más”.

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