Capítulo 4 Mariposa equivocada.
Durante los siguientes días Alessandro se mantuvo amable pero alejado de Giulia, por mucho que le gustara no quería ser el tercero en una relación y aún menos si ella no mostraba interés en él.
“No signifique nada para ella, aunque durante esas horas su entrega fue total, estoy tan confundido y desconcertado”.
Ella solo hablaba con él de temas de trabajo, fría y esquiva era claro que aquella noche de pasión no fue más que un juego para ella, además Alessandro había regresado con un objetivo claro y no podía desviarse.
Sin embargo, llegados al viernes no quedaba escapatoria pues era el momento de realizar la reunión con todos los jefes y ella era uno de ellos, Alessandro fue el primero en llegar y poco a poco entraron los demás.
Pero su atención inevitablemente fue directa hacia Giulia quien saludó alegre, —Buenos días a todos, que bueno tener la oportunidad de reunirnos, se que tienen agendas muy apretadas así que gracias por su asistencia puntual, veo que faltan unos pocos todavía pero aún estamos a tiempo para no retrasarnos con la reunión—, dijo tomando asiento a un lado de Alessandro.
Giulia tenía una blusa que dejaba a la vista sus hermosos hombros y cuando Alessandro fue a apreciar ese tatuaje que tanto le gustaba se sorprendió, “No puede ser, no tiene la mariposa que tanto ame, ni parece haberla cubierto con maquillaje”.
“¿Qué está pasando?, ¿También eso era falso?, no puedo estar equivocado. estoy demasiado cerca como para no verlo”.
De pronto como si se tratara de un torbellino, entró Alice en la sala, con una coleta alta, pantalones jeans ajustados y una blusa de encajes color negro de cuello alto que le hacía lucir entre comoda y sensual.
Saludo a todos pero de pronto posó sus ojos en la cara nueva, la de Alessandro y se quedó paralizada por unos segundos por el impacto de verlo allí.
“¿Cómo es posible que me pase esto?, el hombre con el que me acosté por despecho ahora es el CEO de la empresa de mi familia y de paso mi jefe”.
Alice solo salió de su ensoñación cuando la voz de su hermana alegremente interrumpió sus pensamientos.
—Señor Alessandro déjeme presentarle a mi hermana Alice, ella está encargada del departamento de diseño, no quiso aceptar el cargo formalmente pero ejerce las funciones de igual manera.
“¡Dios, son idénticas, no cabe duda que son gemelas!”
“Por eso físicamente no las supe diferenciar pero hay tantas diferencias entre la personalidad de una y otra”.
“Por eso Giulia ha pasado de mí desde el principio, claro no me conocía, quiere decir que tengo carta abierta con Alice pues no está comprometida”.
—Mucho gusto, bienvenido—, respondió ella con timidez.
—No la vi en las presentaciones iniciales, supongo que se encontraba de viaje, siento como si la conociera de antes pero seguro es por el parecido con su hermana.
Alessandro extendió su mano y cuando Alice se la estrechó no pudo evitar acariciar su muñeca.
—Si, fue una semana de mucho trabajo pero también bastante productiva.
—Me alegro, al final de la reunión le pido que no se retire, a todos les he solicitado información sobre proyectos y solo falta usted.
—Señor Alessandro, si quiere puedo elaborar un informe detallado y entregárselo al mediodía.
—No, a mi me gusta el trabajo más cercano, cara a cara, si luego desea elaborar un plan con gusto lo recibiré, pero así lo hice esta semana con todos, usted es la última.
—De acuerdo, si es así me quedaré luego sin problema—, respondió Alice resignada sintiendo su corazón latir de prisa.
Luego de esta presentación Alice no se pudo concentrar, Alessandro se levantó de su lugar, con aquel porte tan masculino, elegante y para colmo mirándola fijamente, qué imágenes de aquel encuentro apasionado venían a su mente.
Pasó media hora antes que Alessandro terminara su presentación y ella no se enteró de nada, su mente estaba divagando entre los recuerdos y las ganas de escapar, así que cuando comenzaron a salir sus compañeros por un momento los siguió pero justo cuando llegaba a la puerta su hermana la detuvo.
—Alice, recuerda que tienes una reunión pendiente con el señor Antonelly, cuando termines por favor pasa por mi puesto.
—De acuerdo, Giulia.
En cuanto salió su hermana cerró la puerta de la sala de reuniones y Alice pensó, “Giulia, no tiene idea de a qué me está exponiendo”.
De pronto ella se giró hacia él e intentó mostrar una actitud defensiva, —¿Tu aqui?, ¿Como?, ¿no serás algún tipo de acosador, verdad?
—Se llama destino.
—Lo siento, no creo en eso.
—Llevo días confundiendo a tu hermana contigo, sentí que enloquecería.
—Me pediste que me quedara para hablar algo relacionado con el trabajo.
Alessandro se acercó a ella con pasó decidido, la acorraló contra la puerta colocando un brazo a cada lado de su cuerpo, sus rostros quedaron tan cerca que podían sentir su aliento.
—Sé que no es lugar para esto pero no me dejaste alternativa cuando escapaste de mi habitación esa mañana mientras dormía, por favor acompáñame a mi apartamento a la hora de salida y terminemos esta conversación allí.
—No lo haré, esto no es correcto, lo que pasó…
—Fue el viernes pasado y no he podido olvidarlo, ya que no aceptas mi propuesta aprovecharemos que estamos solos y aclaremos algunos puntos.
—¿Cuáles?—, preguntó Alice sin aliento.
—Te deseo demasiado, aun puedo sentir tu olor, escucho tus gemidos entre sueños, puedo saborear el sabor de tu piel, una noche no fue suficiente, necesito más de ti—, susurró Alessandro en su oído pasando luego la lengua por la piel expuesta de su cuello haciendo que Alice se estremeciera.
—Pues, ya lo olvidé, lo siento—, dijo nerviosa intentando escapar de sus caricias.
En ese momento Alessandro la tomó por la cintura y la alzó llevándola hasta la mesa de reuniones y colocándose sobre ella, sus ojos se encontraron y luego le dijo al oído.
—Entonces no importa que estemos aquí, así estemos en nuestro lugar de trabajo tendré que hacerle recordar a tu cuerpo, para que tu mente no pueda olvidarlo nunca más.
