Capítulo 7 ¿Alessandro?, ¿hermano?, ¿eres tú?
Alessandro en un principio había afirmado no poder asistir a la fiesta de aniversario de la compañía aquel sábado terminó por aceptar cuando Giulie lo llamó temprano.
“Quería retrasar al máximo el encuentro con mi familia pero al final acepto, me está matando notar a Alice tan decaída así que lo mejor era al mal tiempo darle prisa”.
“Además supongo que no puedo seguir evadiendo las Invitaciones de la familia Bianchi porque resultara sospechoso, es momento de hacer explotar la bomba”.
La semana pasó sin pena ni gloria, el clima parecía estar unido a las emociones de Alice pues eran grises y no paraba de llover, ella no tenía ganas de reuniones sociales pero el sábado siguiente allí estaba su hermana para animarla.
—Ya sal de la cama dormilona—, dijo Giulia mientras la arrastraba por las piernas fuera de la cama después de quitarle la cobija.
—No hagas que me arrepienta de haberte dado las llaves de mi apartamento.
—No te quejes, vamos perezosa, hasta te traje desayuno para que te actives, luego a darte un buen baño.
—¿Qué pretendes?
—Vamos a ir primero a un spa a darnos un merecido masaje para renovar energías y luego a ponernos lindas, ya escogí un vestido hermoso para ti, así que solo déjate mimar.
Su gesto enterneció a Alice, —¿Qué haría sin una hermana como tu?, eres mi mejor amiga, la única que realmente me conoce.
—Somos gemelas fantásticas, recuerdalo no estás sola, estamos unidas desde la misma creación así que siempre seremos una.
Se abrazaron un momento, ambas necesitaban consuelo pero no era momento de llorar sino de mostrarse fuerte ante todos, cualquier muestra de debilidad lo usarían en su contra.
Cuando llegó la noche Alice no pudo evitar sentirse ansiosa y aún más al ver a Alessandro tan atractivo de traje por un momento sus miradas se cruzaron y pudo ver un destello de admiración en su rostro, sin embargo, se reencontró con un amigo de la universidad y eso la distrajo.
“Casi lo olvido todo y camino hasta llegar a ella para besarla como lo llevo deseando desde hace tantos días, a pesar del poco tiempo compartido extraño cada detalle de ella”.
“Es tan hermosa, mi mente tiene claro que es un pecado algo sucio, pero mi corazón y mi cuerpo le pertenecen, que amargo el destino ni siquiera puedo disfrutar del amor, llenar al fin mi soledad”, pensó Alessandro sintiéndose desolado.
Pero en aquel momento toda la atención se vió desviada hacia su hermana quien evidentemente molesta caminaba hacia su prometido y era claro que iba a perder los estribos, Alice solo podía agradecer que no habían llegado la mayoría de los invitados.
—No puedo creerlo Nicola, esta es una reunión de la empresa de mi familia y ¿la traes a ella también a este evento?—, se acercó Giulia a la pareja que recién entraba en el salón con un nudo en mi garganta pues la chica tenía a su prometido tomado del brazo.
—Por supuesto, no solo es mi mejor amiga desde la infancia sino también mi socia, tengo mucho que agradecerle, no veo el problema.
—Esta es una fiesta donde se supone que eres mi acompañante, además no te parece suficiente que no podamos tener ni una sola noche en pareja sin que ella no esté.
—Giulia, no exageres, vivo contigo, tenemos toda la noche para compartir, tus celos y envidia es infundado.
—Nicola, esta vez no pienso ceder, ¿ella o yo?, nunca te he pedido nada pero en esta ocasión te lo exijo, quiero compartir en este evento con mi prometido a solas.
—Entonces me iré con ella, yo la invite y no voy a hacerle un desplante por capricho tuyo—, respondió el prometido de Giulia sin siquiera pensarlo.
—¿Tan poco soy para ti?, que no te importa lo que yo sienta o piense.
—No hablaremos más de esto aquí, quieres hacerte la difícil, humillar a mi compañera y no voy a darte el gusto mejor hablemos en casa.
—Toma, te devuelvo tu anillo, rompamos este absurdo compromiso, he intentado ignorar la situación pero es claro que ya no sientes nada por mi.
—No vas a manipularme, no soy un niño, estás haciendo esta escena porque quieres atención—, gritó Nicola dejando a Giulia con la mano extendida con el anillo.
—Estoy decidida, ya no seguiré insistiendo en una relación rota, no se porque te comprometiste conmigo si amas a otra mujer.
—Lo hice por un compromiso familiar y porque al principio me parecías interesante.
—Ya no soy una novedad, así que es momento de terminar, yo tomaré toda la responsabilidad frente a nuestros padres, no tienes de qué preocuparte.
—Nunca, escúchame bien, nunca voy a terminar este compromiso, no hay vuelta atrás.
Alessandro se acercó a la pareja con la intención de calmar la situación, —Por favor caballero baja la voz, si necesitan arreglar algo vayan fuera.
—No voy a ir a ninguna parte, además ella es solo una niña mimada que quiere que yo haga todo lo que me diga.
Alessandro tenía ganas de romperle la cara pero sabía que debía controlarse así que insistió, —Respetala aún más en público, no hables con ella de esa manera o te juro que lo lamentarás, no me importa de quien seas hijo.
—¿Y quién eres tú para intervenir en esto?
—Además de ser un caballero algo que te falta enormemente, soy el CEO de la compañía y el tío de Giulie—, se escapó de los labios de Alessandro sin querer.
—¿Como que eres su tío?—, se escuchó una voz femenina que Alessandro tenía años sin escuchar.
En ese momento Sofía entraba en el salón, se encontraba acompañada por el resto de la familia Bianchi y se quedó en shock al ver aquel hombre que se giró a su llegada.
A pesar de los años y de no parecerse físicamente a la familia Bianchi pudo reconocerlo de inmediato, habían pasado 26 años y no había cambiado su rostro juvenil.
—¿Alessandro?, ¿hermano?, ¿eres tú?—, gritó Sofía inexplicablemente emocionada con tal sorpresa.
