CAPÍTULO 11 -LA AMANTE DEL CEO

Cuando me ordenó que le masajeara las piernas, no estaba segura de por qué me volví obediente, o tal vez solo me sentí mal por él. Pero, por otro lado, él estaba genuinamente cansado, así que creí que era lo mínimo que podía hacer por él.

Lo masajeé durante treinta minutos, y durante ese tiempo, pr...

Inicia sesión y continúa leyendo