CAPÍTULO 16 - LA AMANTE DEL CEO

Cuando él sonrió con suficiencia, mi ánimo se oscureció como las cortinas de su ventana, ¡y vi sangre! Me sorprendió su descaro y me alejé, pero me detuve al escuchar su risa. Debió pensar que era una cobarde porque no podía cumplir con sus demandas.

Antes de irme, lo maldije y dije —Espero que te ...

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