Capítulo 129

Pero aprieto la mandíbula y aparto la mirada de Natalia, que se aferra al brazo de Kent, sabiendo que hemos tomado una decisión sobre cómo manejar esto. Y que tengo que ceñirme a ella.

—Déjala —me dijo Kent hace unas semanas mientras yacíamos enredados en las sábanas de su oscura habitación—. Déjal...

Inicia sesión y continúa leyendo