Capítulo 131

—Hola, Fay —dice Iván, sonriéndome mientras cruzo el estacionamiento hacia él. Sus ojos me recorren, como suelen hacerlo, como no lo hicieron ayer—. Me gustan tus botas.

—Gracias —respondo con ligereza, acercándome a él y sin poder evitar sonreírle—. Me alegra que hayas podido hacer tiempo para mí ...

Inicia sesión y continúa leyendo