Capítulo 44

—¡Bien, Fay! ¡Bien! —dice Jerome, con una voz ansiosa y alentadora.

El entrenador de Kent no pudo venir con tan poca antelación, así que Jerome me está haciendo pasar por algunos ejercicios en el caballo. Me observó montar un poco y luego me dijo, para mi sorpresa, que dependo demasiado de las rien...

Inicia sesión y continúa leyendo