100. Angel

Su mirada se fija en mi rostro. —Tan hermosa— murmura antes de hundir su lengua en mi coño. Gruñe por mi sabor.

Muerdo el labio inferior, sin querer gemir para él. No merece saber cuánto me afecta su toque. Su lengua entra y sale de mí antes de atacar mi clítoris, lamiéndolo y succionándolo brutal...

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