189. Rueben - Deseos ocultos II

La Enferma siempre tenía esa apariencia de inocencia y se vestía modestamente, como una maldita monja, y me excitaba por ella algunas veces. ¿Y qué? No significa nada. —Vi cómo tú y Ansel la miraban cada vez que venía a visitar a Camila— le recuerdo. Me froto la frente. —Esto está tan mal—

—El hecho...

Inicia sesión y continúa leyendo