46. Angel

Mi corazón se hunde en el estómago. Desde que nos conocimos, Reyes me ha llamado nena. Sé que solo ha pasado un día desde que lo conocí, y no debería tener expectativas, pero me encantan las palabras cariñosas.

Alekos se vuelve a poner los pantalones. —Puedes sentarte a la mesa. Come bien; va a se...

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