Capítulo 52. Territorio en llamas.

Killian Deveraux

La vi levantarse como si el suelo ardiera bajo sus pies. Como si el único lugar donde pudiera respirar fuera detrás de esa puerta con el letrero de “Baño de damas”.

Y supe, en ese instante, que no podía dejarla ir.

No esta vez.

Dejé el vaso intacto sobre la mesa y me puse de p...

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