Capítulo 63. Una mujer demasiado provocadora.

Killian Deveraux

El tictac invisible del reloj en mi cabeza me marcaba cada segundo frente a la pantalla. Estaba en la pequeña sala de la habitación, llevaba más de una hora revisando contratos, correos y mensajes cifrados, tratando de convencerme de que hundirme en el trabajo era lo único que p...

Inicia sesión y continúa leyendo