Destrozar

El abrumador olor a nada química despertó a Sebastián. Entrecerró los ojos contra la luz cegadora que brillaba en sus ojos mientras volvía a la consciencia. No podía recordar exactamente dónde estaba ni cómo había llegado allí. Por un instante fugaz, ni siquiera podía precisar cuándo estaba ocurrien...

Inicia sesión y continúa leyendo