Capítulo 115

La guardería estaba tenue, acallada por la magia y el crepúsculo.

Mavena se sentaba en el sillón cerca del hogar, su postura recta a pesar del largo día. Alaric mamaba tranquilamente en sus brazos, sus pequeñas manos curvadas contra su muñeca, sus ojos abriéndose y cerrándose en olas lentas y perez...

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