Capítulo 180

A los catorce años, Cirala era el nombre que se mencionaba en los pasillos con voz baja — no por miedo, sino por precisión.

En las clases de estrategia, sus mapas habían sido copiados. En la disciplina del aura, había meditado durante cuatro horas sin parpadear. En el duelo verbal, una vez superó a...

Inicia sesión y continúa leyendo