Capítulo 200

La puerta se cerró con un suave clic detrás de Dimitri.

Ronan no levantó la vista. Estaba recostado en su cama, con una novela gruesa en la mano, una pierna desnuda enganchada perezosamente sobre una almohada. La bata que llevaba era de encaje negro—apenas—atada con una cinta de seda que ni siquier...

Inicia sesión y continúa leyendo