Capítulo 256

El aroma a ajo y hierbas aún se impregnaba en el aire.

Alaric estaba sobre la sartén, una mano en el mango, la otra apoyada en el mostrador—pero algo estaba mal.

Un calor repentino se enroscó en su columna, espeso e inusual, quemando detrás de sus costillas y descendiendo en una ola ardiente.

Su ...

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