Capítulo 258

La puerta se abrió con un chirrido, como si el edificio mismo resentiera su regreso.

Ivan fue el primero en entrar, arrugando la nariz. —Uf. Todavía huele a polvo y decepción.

Kaelan lo siguió, arrastrando su equipaje con una mano y cerrando la puerta de una patada con la otra. —¿Esperabas pétalos...

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