Capítulo 26

Arlena entró con una gracia silenciosa, su silueta brevemente enmarcada contra la entrada de la tienda mientras se deslizaba adentro, sus manos acunando las herramientas de su deber sagrado. Sus túnicas estaban tejidas con hilos de plata que brillaban como la luz de la luna.

En su mano resplandecía...

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