Capítulo 281

El último bocado de venado no sabía a nada.

Alaric lo masticó lentamente, con la garganta seca, apenas escuchando los suaves tintineos de los cubiertos y los murmullos nobles que aún flotaban por la mesa como un perfume que nadie había pedido.

Alcanzó su copa, dudó—luego no lo hizo.

En su lugar, ...

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