Capítulo 358

Mara se levantó de un salto, la trenza balanceándose como un látigo mientras su mano se estrellaba contra la mesa nuevamente.

—Ya basta—ladró. Su voz resonó por el salón con el peso del mando, más fuerte que el crepitar del hogar.

Su mirada cortó más allá de la sonrisa de Riona, más allá de los ojos...

Inicia sesión y continúa leyendo