Capítulo 397

El salón de baile era tan brillante que avergonzaba al sol.

Las cortinas de terciopelo caían desde las altas ventanas, y en algún lugar cerca del frente, Lady Valestra ya estaba aplaudiendo como una verdugo exigiendo silencio.

—Otra vez —dijo—. Desde el principio. Y esta vez, Su Alteza, trate de no ...

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