Capítulo 63

La habitación estaba tenuemente iluminada por el resplandor parpadeante de las linternas, que proyectaban tonos dorados en la lujosa cámara. Ronan acababa de acomodarse en la cama, estirándose con un suspiro pesado. Su cuerpo dolía de esa manera sorda y constante, un recordatorio perpetuo de la vida...

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