23: Pasan los minutos, las horas, quién sabe

No tengo idea de cómo fue la noche ni cuánto tiempo se quedó Gabriel. Me despierto en mi cama, todavía vestida con lo que llevaba ayer y Gabriel ya no está. Estos desmayos por pérdida de sangre no son buenos. Por alguna razón estúpida, le doy a Gabriel el beneficio de la duda y confío en que no husm...

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