41: Todo para complacer a un vampiro

Extraños pasan junto a nosotros y siento la necesidad de contener mi enojo, o tal vez mi decepción con Gabriel. Sus rostros alegres y sonrientes disfrutando de la noche, completamente ajenos al tumulto en lo profundo de mi estómago. No puedo ser la única aquí que está miserable, ¿verdad?

—¿Te apete...

Inicia sesión y continúa leyendo