46: Los muertos y los muertos vivientes

Me despierto en una cama vacía y con el sonido de una perilla de puerta que se sacude. Me siento medio vestida y miro a Gabriel que entra en la habitación con un plato equilibrado sobre una taza.

—Te traje algo de comer.

—Gracias. Me cuesta mirarlo a los ojos. Mi comportamiento de anoche es vergon...

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