En el fuego por ti

—¡No! ¡No!— Gina se angustia —¡Debes aceptar que eres una mierda!— intenta zafarse —¡No puedes hacernos daño, si lo haces vas a perder!— se apresura a decir y su respiración está agitada—no soy ninguna estúpida Adams, sé perfectamente lo que hago, y si me haces daño, si esa persona no me ve, entrega...

Inicia sesión y continúa leyendo