20. ¿A por un paseo sexy?

"Hey, hey, detente", dijo suavemente, "¿Cómo puedo ayudarte? ¿Cómo te ayudo? Por favor, dime, haré cualquier cosa. No puedo verte así".

La quiebra en su voz me atravesó el corazón aún más. No podía parar, ¿verdad? Seguía lastimándolo, una y otra vez. Pero, por egoísta que fuera, sus palabras me tra...

Inicia sesión y continúa leyendo