27. Está...

Lo miré fijamente.

Él me devolvió la mirada. Un desafío en sus ojos marrones.

No era de las que se echaban atrás, pero...

"Está bien", suspiré tristemente y dejé el cable en su lugar. Aarav se relajó un poco y volvió a su pantalla, pero me vigilaba con el rabillo del ojo.

Caminé hacia mi asiento...

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