Ira y envidia

Paulina se dirigió hacia la puerta libre, pero Simón se apresuró a bloquear su camino y la sujetó por los hombros.

—Por favor, solo escúchame. Déjame explicarte cómo sucedió todo —suplicó, sorprendiendo a Pérez al añadir—: Si después de esto no quieres volver a hablarme ni mirarme, te juro que cump...

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