Capítulo 25: Señora, ¿quién es usted?

Leonardo y Ángela entraron en la habitación en silencio, el peso de su historia compartida colgando pesadamente en el aire. Leonardo se dirigió al tocador y se acomodó junto a la ventana cerrada.

—¿Podrías abrir la ventana para mí? Necesito respirar aire fresco —pidió Leonardo, con un tono de cansa...

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