Capítulo 29: Ve al infierno Esmeralda

Exhausta, Angela luchó por abrir los ojos a la mañana siguiente, pero el aroma de una loción de afeitar familiar llenó la habitación, indicando la presencia de Leonardo. Él estaba sentado en silencio al borde de la cama.

—¿Qué haces aquí, Leonardo? —preguntó Angela, con la voz cargada de fatiga, mi...

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