Capítulo 24 Entre la huida y el regreso

El muelle se extendía ante mí como una lengua interminable de sombras. Corría sin mirar atrás, con las lágrimas cegándome y el corazón latiendo como un tambor de guerra. Mis pasos resonaban en la madera húmeda, cada uno alejándome de Marco, de Matteo, de esa espiral de sangre y deseo que amenazab...

Inicia sesión y continúa leyendo