Capítulo 31 El precio de la verdad

Las balas silbaban como flechas malditas, rebotando en las paredes del almacén. El olor a pólvora y polvo me quemaba la garganta. Marco me empujó detrás de una columna de concreto, su cuerpo cubriéndome como un escudo humano.

—¡Quédate aquí! —rugió, disparando hacia la sombra de Bianca.

—¡No! —re...

Inicia sesión y continúa leyendo