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JULIA

La mañana siguiente, después de chupar las bolas del Amo hasta dejarlas secas y despedirlo con un desayuno sustancioso, me quité el Entrenador de Esclavos, lo limpié primero con la lengua, luego lo lavé y lo puse a cargar. Mientras Lisa, Lucía, Janet y Reneé se fueron al garaje a trabajar, ll...

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