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JULIA

No podía creer que el Amo nos comprara esos vestidos de noche a ambas. Eran tan hermosos y sexys, me sentía como una princesa de cuento en lugar de la esclava lasciva que era.

Subimos al coche y nos dirigimos a la casa de Chen, una pequeña propiedad que él mismo tenía. Yo solo había ido un...

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