Capítulo 104

—No solo porque tú risa lo delate, si no que tú eres una señorita de carnes blanda.

—¿Y siempre estoy en la cama? —insinúa y me detengo.

—No, siempre estás trabajando. —hago una mueca—. Estoy llegando al final, no puede ser que no sepa la respuesta.

—¿No y que eres muy bueno?

Ella se estaba divirtie...

Inicia sesión y continúa leyendo