Capítulo cuarenta y cuatro

Mei:

Ver a todos entrar al comedor mientras sentía que JR apretaba ligeramente mi mano y me daba una sonrisa tranquilizadora, me hizo derretirme.

¡Oh, Diosa, ayúdame!

Me reí en silencio mientras exhalaba un suspiro estabilizador al entrar al comedor, donde nos recibieron tres Ancianos, pero no...

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