Capítulo nueve

Mei:

Amelia estaba de pie en los escalones de la entrada, bebiendo de su enorme taza de café para llevar, sonriendo brillantemente mientras nos veía acercarnos a la clínica.

“Buenos días, Mei.” Llamó sonriendo, abriendo la puerta para que entráramos.

“Buenos días, Amelia.” Respondí sonriéndole, n...

Inicia sesión y continúa leyendo