Capítulo 34 NO PUEDEN SEPARARNOS

Helena permaneció inmóvil, con el alma hecha trizas. Escuchó el portazo que marcó su sentencia y sintió cómo el silencio de la casa se volvía insoportable. Respiró hondo, secándose las lágrimas con sus manos temblorosas. No podía rendirse. No, esta vez no. Le envió un mensaje a Luciana, que se había...

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