Capítulo 9 CORAZONES AL BORDE

Verla ahí tan altiva como siempre, sin que mostrara una pizca de arrepentimiento o vergüenza, era como si un millón de espinas se clavaran en el corazón de Helena, desgarrándola con cada latido

—Mira nada más a quién tenemos aquí —dijo Virginia con una sonrisa maliciosa—. ¿Cómo estás, hijita? Y ese...

Inicia sesión y continúa leyendo