Capítulo 20

Inhalé su dulce y masculino aroma nuevamente y llené mi pecho con él. Era como una droga—deliciosa y adictiva. Besé el hueco de su cuello, probando la dulzura de su piel que olía como mi jabón de baño favorito, y me pregunté si lo había usado. Los músculos de su cuello se tensaron. Gimió cuando mi l...

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