Capítulo 43

El constante pitido de mi despertador me sacó de un sueño profundo. Gruñendo, busqué el despertador en la mesa de noche con los ojos aún cerrados y lo apagué. La paz volvió a mi habitación, y dejé caer mi cabeza sobre la almohada para seguir durmiendo. Pero los brillantes rayos del sol que permeaban...

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