Capítulo 50

El arma cayó de su mano y se deslizó hacia un lado de la habitación, fuera de su alcance. Le di una bofetada fuerte en la cara, la fuerza la hizo tambalearse y caer al suelo, sorprendida. Levantó la cabeza y se limpió la sangre de la comisura de sus labios.

—¡Perra!— escupió, la furia emanando de s...

Inicia sesión y continúa leyendo