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Público, me recuerdo a mí mismo. Esto no se trata de indulgencias privadas.

Pero entonces la parte traviesa de mi mente interviene: ¿Por qué no divertirse un poco mientras tanto?

Ni siquiera me molesto en enumerar las razones. Son claras y clichés. En el momento en que vi a Mel la semana pasada, sup...

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