Capítulo siete

Una vez que llegaron al ático de Drake, él le entregó las llaves al valet y se dirigió al lado del coche de Lydia, abriéndole la puerta una vez más. Cuando ella salió, él entrelazó sus dedos con los de ella y la miró con afecto. Lydia se sorprendió, pero siguió el juego. Tal vez, Drake siempre era a...

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