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—Siempre nos estamos encontrando— se rió ella, ajustándose el hijab.

—Lo siento, cariño— me reí. —Soy tan torpe. Nunca miro por dónde voy.

Yasmeen rió de nuevo antes de fruncir el ceño y entrecerrar los ojos, mientras comenzaba a frotarse la barbilla pensativa.

—¿Tienes planes esta noche, cariño?...

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